En los bosques húmedos de nuestras montañas vive Anolis evermanni, un precioso lagartijo color verde esmeralda. Me encontré con el de la foto durante una visita al Bosque de Maricao, en búsqueda no de lagartijos, sino de frutas del árbol de granadillo. Pero allí, sobre la corteza pálida de un árbol de manzana malaya, estaba este lagartijo. Me le acerqué lentamente, cada vez más cerca, pero como buen lagartijo macho se mantuvo firme. Me acerqué más, más, apunté y click. Asombrado por la luz del “flash”, el lagartijo miró la cámara... segundo click. Iluminación perfecta, enfoque perfecto, tronco perfecto, lagartijo perfecto.